La etimología en la salud integral del adolescente

La adolescencia es la fase de la vida que va de la niñez a la edad adulta, o sea desde los 10 hasta los 19 años. Representa una etapa singular del desarrollo humano y un momento importante para sentar las bases de la buena salud.

Durante esta fase, los adolescentes establecen pautas de comportamiento –por ejemplo, relacionadas con la alimentación, la actividad física, el consumo de sustancias psicoactivas y la actividad sexual – que pueden proteger su salud y la de otras personas a su alrededor, o poner su salud en riesgo en ese momento y en el futuro.

Se estima que cada año mueren 1,1 millones de adolescentes. Las principales causas son las lesiones por accidentes de tránsito, el suicidio y la violencia interpersonal.

Entre los 15 y 19 años, los riesgos están relacionados más a menudo con comportamientos como el consumo de bebidas alcohólicas y las relaciones sexuales sin protección.

Todos los problemas de comportamiento de los adolescentes presentan una característica similar; son comportamientos originados en la búsqueda del placer, impulsivos y objeto de desaprobación de la sociedad.

Para abordar el tema de la salud integral del adolescente es importante conocer de donde provienen palabras clave, como las siguientes:

Adolescencia: La palabra adolescencia proviene del latín adolescente, que significa crecer o desarrollarse.

Educación: Proviene del sustantivo latino “educatio”, que a su vez está relacionado con los verbos “educere” y “educare”.

Integral: Proviene del latín medieval integralis. En español, se utiliza como adjetivo para referirse a algo que está comprendido o abarcado por todos los elementos o aspectos de algo, o que tiene su grado máximo expresado por el nombre al que incluya.

Violencia: Proviene del latín “violentia”, que significa “fuerza” o “vigor”.

Interpersonal: La etimología de esta terminología se halla compuesta por lexemas del latín, comenzando por el prefijo ‘inter’ (entre), junto con el vocablo ‘personal’, derivado de la voz latina ‘persōna’, que hace referencia al empleo de máscaras en las obras de teatro, concluido por el sufijo ‘al’, que indica un sentido de pertenencia.

Riesgos: Proviene del español antiguo “riesco”, que significa “risco”, por el peligro o trance que suponen. El término “riesgo” se refiere a una eventualidad, contingencia, circunstancia, suceso, peligro, proximidad o posibilidad de algún daño o perjuicio.

Crecimiento: Proviene del verbo neutro intransitivo “crecer” y del sufijo “-miento”, que indica acto, estado y efecto de 1. En términos generales, el crecimiento se refiere a la acción y resultado de crecer o de crecerse. Consiste en incrementar, aumentar o agrandar su tamaño, cuantía o de importancia y también en desarrollar la estatura en cuanto a la persona o de un animal.

Desarrollo: Proviene del latín “des-” que indica la inversión de una acción y del verbo “enrollar”. Por lo tanto, “desarrollar” debe entenderse como la acción contraria a enrollar, como desplegar o extender.

Prevención: La palabra prevención proviene del latín praeventĭo que significa prevenir o prevenirse. Se refiere a la acción y resultado de prevenir o prevenirse. Es la disposición, planificación, preparación o preparativos que se hace de una manera anticipadamente para evitar un peligro, riesgo, contingencia o en realizar algo.

Juvenil: Proviene del latín “iuventus” que significa “juventud” y del sufijo “il” que indica relación o pertenencia. Por lo tanto, “juvenil” se refiere a algo que es relativo, perteneciente o alusivo a la juventud, como la etapa de los humanos y los animales que precede a la madurez o la adulta, el estado, índole, condición o la cualidad de joven y también la frescura y energía que tiene.

Debemos de tener un enfoque acertado sobre la salud integral en la adolescencia, pues lograrlo es una tarea conjunta entre la sociedad y las entidades de salud, pues es una etapa del desarrollo que tiene una gran repercusión en el presente y futuro de la adolescencia.